A la bibliotheca se accede desde el atrium; al igual que el triclinium esta revestida de mármol, pero en este caso y al ser una habitación destinada a la lectura, el mármol es blanco.
En las casas romanas no abundaban las ventanas, la luz y el aire penetraban por el atrio, abierto al exterior en su parte superior, el compluvium, y como sistema de iluminación en las habitaciones se utilizaban lamparas de aceite; sólo en viviendas con alae situadas entre la zona del atrium y el perystilium aparecen estas ventanas, cuya finalidad fundamental parece ser la de mejorar la ventilación de la vivienda. Por lo tanto parece lógico suponer que para mejorar la iluminación de las habitaciones, se utilizaran para el revestimiento de las paredes materiales y pinturas de colores claros que aumentarían el grado de reflexión de la luz, elevando de ese modo la luminosidad. Por ese motivo en nuestra bibliotheca abunda el mármol blanco en paredes y suelo.
Los romanos utilizaban papiro para escribir, los libros –volumen- consistían en largas tiras de papiro unidas y posteriormente enrolladas a un cilindro de madera llamado umbilicus, los estudiantes usaban tablillas de cera –tabellae- en las que grababan las palabras con un estilete –stilus-. En la Domus Junia hay abundancia de volumenes, se guardan en un mueble específico para ese fin; de estructura clásica, es de madera policromada con apliques de marfil, los estantes no son horizontales están estructurados en diagonal formando celdas romboidales donde se depositan los rollos de papiro. No he podido encontrar ningún tipo de información que sancione este diseño como auténtico, tampoco que lo descarte; un objeto cilíndrico colocado en una superficie plana tiene tendencia a deslizarse sin embargo, en una estructura como la celda romboidal, las paredes en diagonal empujan los rollos hacia el vértice inferior evitando el deslizamiento.
La mesa –mensa- se construyó a partir de un mueble de escala 1/12, recubriendo la superficie con marfil, para mejorar su aspecto –las patas de la mesa no son ‘romanas’- en los laterales se han colocado dos cabezas de león de bronce. El marfil de la superficie de la mesa y del mueble biblioteca es auténtico y procede de un antiguo, muy deteriorado y generoso abanico, puesto que todo el marfil utilizado en la Domus Junia procede de él y todavía es capaz de suministrar material para muchos futuros muebles y complementos.
En uno de los rincones de la habitación hay una capsae recipiente cilíndrico utilizado para transportar y en algunos casos guardar libros, esta capsae contiene utensilios de escritura de origen egipcio.
Guardado en una de las celdas de la biblioteca hay un abacus, utensilio utilizado para el cálculo mediante hileras de cuentas que representaban las unidades, las decenas, las centenas etc. Se ha realizado con pequeñas cuentas de rosario insertadas en alambre, todo el conjunto montado en el interior de un pequeño marco de metal.
Finalmente en la pared opuesta a la biblioteca hay un retrato en relieve de la propietaria, Junia Helena.
En las casas romanas no abundaban las ventanas, la luz y el aire penetraban por el atrio, abierto al exterior en su parte superior, el compluvium, y como sistema de iluminación en las habitaciones se utilizaban lamparas de aceite; sólo en viviendas con alae situadas entre la zona del atrium y el perystilium aparecen estas ventanas, cuya finalidad fundamental parece ser la de mejorar la ventilación de la vivienda. Por lo tanto parece lógico suponer que para mejorar la iluminación de las habitaciones, se utilizaran para el revestimiento de las paredes materiales y pinturas de colores claros que aumentarían el grado de reflexión de la luz, elevando de ese modo la luminosidad. Por ese motivo en nuestra bibliotheca abunda el mármol blanco en paredes y suelo.
Los romanos utilizaban papiro para escribir, los libros –volumen- consistían en largas tiras de papiro unidas y posteriormente enrolladas a un cilindro de madera llamado umbilicus, los estudiantes usaban tablillas de cera –tabellae- en las que grababan las palabras con un estilete –stilus-. En la Domus Junia hay abundancia de volumenes, se guardan en un mueble específico para ese fin; de estructura clásica, es de madera policromada con apliques de marfil, los estantes no son horizontales están estructurados en diagonal formando celdas romboidales donde se depositan los rollos de papiro. No he podido encontrar ningún tipo de información que sancione este diseño como auténtico, tampoco que lo descarte; un objeto cilíndrico colocado en una superficie plana tiene tendencia a deslizarse sin embargo, en una estructura como la celda romboidal, las paredes en diagonal empujan los rollos hacia el vértice inferior evitando el deslizamiento.
La mesa –mensa- se construyó a partir de un mueble de escala 1/12, recubriendo la superficie con marfil, para mejorar su aspecto –las patas de la mesa no son ‘romanas’- en los laterales se han colocado dos cabezas de león de bronce. El marfil de la superficie de la mesa y del mueble biblioteca es auténtico y procede de un antiguo, muy deteriorado y generoso abanico, puesto que todo el marfil utilizado en la Domus Junia procede de él y todavía es capaz de suministrar material para muchos futuros muebles y complementos.
En uno de los rincones de la habitación hay una capsae recipiente cilíndrico utilizado para transportar y en algunos casos guardar libros, esta capsae contiene utensilios de escritura de origen egipcio.
Guardado en una de las celdas de la biblioteca hay un abacus, utensilio utilizado para el cálculo mediante hileras de cuentas que representaban las unidades, las decenas, las centenas etc. Se ha realizado con pequeñas cuentas de rosario insertadas en alambre, todo el conjunto montado en el interior de un pequeño marco de metal.
Finalmente en la pared opuesta a la biblioteca hay un retrato en relieve de la propietaria, Junia Helena.