viernes, 24 de julio de 2009

La Bibliotheca



A la bibliotheca se accede desde el atrium; al igual que el triclinium esta revestida de mármol, pero en este caso y al ser una habitación destinada a la lectura, el mármol es blanco.

En las casas romanas no abundaban las ventanas, la luz y el aire penetraban por el atrio, abierto al exterior en su parte superior, el compluvium, y como sistema de iluminación en las habitaciones se utilizaban lamparas de aceite; sólo en viviendas con alae situadas entre la zona del atrium y el perystilium aparecen estas ventanas, cuya finalidad fundamental parece ser la de mejorar la ventilación de la vivienda. Por lo tanto parece lógico suponer que para mejorar la iluminación de las habitaciones, se utilizaran para el revestimiento de las paredes materiales y pinturas de colores claros que aumentarían el grado de reflexión de la luz, elevando de ese modo la luminosidad. Por ese motivo en nuestra bibliotheca abunda el mármol blanco en paredes y suelo.

Los romanos utilizaban papiro para escribir, los libros –volumen- consistían en largas tiras de papiro unidas y posteriormente enrolladas a un cilindro de madera llamado umbilicus, los estudiantes usaban tablillas de cera –tabellae- en las que grababan las palabras con un estilete –stilus-. En la Domus Junia hay abundancia de volumenes, se guardan en un mueble específico para ese fin; de estructura clásica, es de madera policromada con apliques de marfil, los estantes no son horizontales están estructurados en diagonal formando celdas romboidales donde se depositan los rollos de papiro. No he podido encontrar ningún tipo de información que sancione este diseño como auténtico, tampoco que lo descarte; un objeto cilíndrico colocado en una superficie plana tiene tendencia a deslizarse sin embargo, en una estructura como la celda romboidal, las paredes en diagonal empujan los rollos hacia el vértice inferior evitando el deslizamiento.

La mesa –mensa- se construyó a partir de un mueble de escala 1/12, recubriendo la superficie con marfil, para mejorar su aspecto –las patas de la mesa no son ‘romanas’- en los laterales se han colocado dos cabezas de león de bronce. El marfil de la superficie de la mesa y del mueble biblioteca es auténtico y procede de un antiguo, muy deteriorado y generoso abanico, puesto que todo el marfil utilizado en la Domus Junia procede de él y todavía es capaz de suministrar material para muchos futuros muebles y complementos.

En uno de los rincones de la habitación hay una capsae recipiente cilíndrico utilizado para transportar y en algunos casos guardar libros, esta capsae contiene utensilios de escritura de origen egipcio.

Guardado en una de las celdas de la biblioteca hay un abacus, utensilio utilizado para el cálculo mediante hileras de cuentas que representaban las unidades, las decenas, las centenas etc. Se ha realizado con pequeñas cuentas de rosario insertadas en alambre, todo el conjunto montado en el interior de un pequeño marco de metal.

Finalmente en la pared opuesta a la biblioteca hay un retrato en relieve de la propietaria, Junia Helena.
























lunes, 6 de julio de 2009

La pequeña Domus


La Domus Junia es hija de la impaciencia, en el año 2000 tenia previsto pasar mis vacaciones en Roma y los días de espera se hacían eternos, para entretener la espera decidí construir una casa de muñecas ‘romana’.

La pequeña Domus fue creada sin un plan preconcebido, creció y se desarrollo de forma intuitiva y con materiales muy sencillos; cajas de dulces y retales de maderas de muy diversas procedencias, plástico adhesivo imitando mármol, cuentas de collar y mucha improvisación, los mosaicos y pinturas murales son copias de originales ‘escaneados’ e impresos en papel corriente y su tamaño de 40x80x12 centímetros en escala aproximada al 1/24 se ciñó a las dimensiones de la placa de mármol donde decidí construirla.

Lo que parecía sencillo y rápido al principio se fue complicando progresivamente, de hecho la Domus Junia se finalizó mucho después del viaje a Roma y de ‘divertimento’ de fin de semana paso a convertirse en un apasionante proyecto de investigación.

La pequeña Domus se configuro siguiendo el eje clásico romano de construcción Atrium-Tablinum-Perystilium, sin embargo y a riesgo de heterodoxia el tablinum no se halla en la disposición usual.


Esta habitación, era utilizada ‘para recibir’, en ella el pater familias atendía las visitas de índole social, comercial y política. Por su disposición en el conjunto del hogar romano, el tablinum estaba justo en el centro de la actividad doméstica y por consiguiente estaba en un lugar de paso frecuente tanto de miembros de la familia como de sirvientes, para resolver este inconveniente y dotar a la estancia de intimidad se construía a un lado de la habitación o a ambos lados un andron, pasillo que permitía la comunicación entre la zona delantera y trasera de la vivienda.

En la Domus Junia al construir el tablinum no se tuvo en cuenta la necesidad de adosar a ella un andron que permitiera el paso entre la zona del atrium y el perystilium, por tanto decidí desplazar el tablinum a la habitación opuesta al oecus porticado.

Por lo demás el resto de la disposición se ajusta al modelo de casa romana estándar, al entrar en la domus y al final de las fauces (1) llegamos al atrium (5); a la izquierda hemos dejado el posticum (4), la culina (2) y la cella pennaria (3). Desde el atrium accedemos al triclinium (7), la bibliotheca (8), una cella (11) y la estancia inicialmente prevista como tablinium reconvertida en vestibulum (10) que a su vez comunica con dos cellas (12 y 13) y un alae (16). Desde el alae accedemos al perystilium (18), y al tablinium (9) situado frente a un oecus porticado (17) con vistas al jardín. Se accede al labrum (14) y a las latrinas (15) desde el jardín.